Considerado como el principal destino turístico de la región central de Cuba, Trinidad tiene el atributo de ser un polo ideal para practicar el turismo cultural, de sol y playa, de salud, montañismo, senderismo y el buceo, entre otros.
La villa de la Santísima Trinidad fue la tercera fundada por los conquistadores españoles en Cuba hace ya 500 años. En su creación intervino directamente el adelantado Diego Velázquez de Cuéllar y con el tiempo ha devenido en una de las ciudades que mejor conserva su arquitectura colonial en toda América.

Sin embargo, Trinidad posee otros encantos. A escasos diez minutos de camino se halla la península de Ancón con sus tranquilas y cálidas playas Ancón, María Aguilar y La Boca, consideradas por muchos como las mejores de la costa sur de Cuba. En el litoral de casi 4 kilómetros de arena fina, hay igualmente casi 30 puntos de buceo, y la posibilidad de practicar la pesca, la navegación a vela y otros deportes náuticos, así como realizar excursiones a la cayería que circunda esta zona.
Hacía el suroeste, se alzan ante el viajero las montañas de Topes de Collante, situadas a 20 km de la ciudad y a 800 metros sobre el nivel el mar, las cuales forma parte del Macizo de Guamuhaya, conocida también como la Sierra del Escambray. Allí se encuentra un inmenso Parque Nacional con numerosas cuevas, ríos, cascadas y saltos de agua, entre ellos el del Caburní, de 62 metros de altura y varias pozas naturales.
Caracterizado por su gran belleza paisajística, en este parque de 110 km2 tienen su hábitat muchas especies endémicas de la flora y la fauna cubanas.
Por su microclima especial, sus paisajes y la tranquilidad que lo rodea, Topes de Collante resulta también ideal para el turismo de salud, con varios programas médicos básicos, entre los cuales figuran la atención cardiovascular, osteomioarticular, respiratorias, neurológica, endocrina, antiestrés, geriátrica, de adelgazamiento, la estética, y otros. A la par dispone de hoteles como Kurhotel Escambray, Los Helechos y Villa Caburní, entre otros sitios de alojamiento.
En lo que no pocos consideran un museo a cielo abierto, al noroeste de Trinidad se encuentra el Valle de los Ingenios, declarado igualmente Patrimonio de la Humanidad en 1988. En la zona se han localizado numerosos sitios que conservan restos de antiguos centrales azucareros; las casas-hacienda de los ingenios Manaca-Iznaga, Buenavista, Delicias, Guáimaro y Magua; las torres-campanarios de San Isidro y de Manaca-Iznaga, así como barracones y enterramientos que hablan también de los esclavos que allí labraron las riquezas bajo el látigo implacable de sus amos.
Estos son algunos de los sitios que el turista podrá admirar en la otrora Santísima Trinidad, pero a ello se suma la gente hospitalaria que los habita, llena de leyendas que muchas veces se confunden con la historia y de historias que otras muchas veces parecen fábulas, y que hará todo cuanto esté a su alcance para que Usted pase las mejores vacaciones de su vida.